Ángel Guardián
No hace mucho tiempo, en un país no muy lejano vivían dos hermanos que se llevaban muy mal.Ángel, que era el mayor, siempre estaba molestando a Rosa que, por ser la más pequeña, era la más mimada por la familia.
Bueno, mimada por todos menos por Ángel que aprovechaba la más mínima ocasión para hacerla rabiar: "Que cuando te acuestes vendrán las brujas a cogerte, ... que debajo de tu cama hay un enano que te hará cosquillas en los pies para que no puedas dormir... que eres una niña pequeña y no sabes nada..."
Rosa, se asustaba al escucharlo, pero su madre antes de irse a dormir la besaba con mucha ternura y le decía: "Con este besito estás protegida contra enanos y brujas malvadas, porque la fuerza de mi cariño puede contra todos los poderes maléficos". Así Rosa se tranquilizaba y dormía plácidamente durante toda la noche, porque sabía que su mamá la quería de verdad y contra el amor no puede nadie.
Los padres recriminaban muy seriamente a Ángel, pero éste les respondía que sólo era una broma, que él no tenía culpa si Rosa se lo creía.
Pero lo que a Ángel le pasaba realmente era que tenía un poco de celos de su hermanita pequeña, porque antes de que ésta naciera todos los mimos iban para él. Los besitos de su mamá, las caricias de su papá, los abrazos de la abuela... Que ahora también los recibía, claro, pero él quería recibirlos solo y no compartirlos con nadie.
Si al menos Rosa fuera un chico... podría jugar al fútbol, a la guerra..., pero a Rosa sólo le interesaban sus estúpidas muñecas, arreglarlas, peinarlas, hacerles la comida...
Hasta que un día... sus padres tuvieron que salir y dejaron a Rosa al cuidado de Ángel, al fin y al cabo ya era un hombrecito, tenía ocho años y podía cuidar de su hermana perfectamente. Y de pronto, sin saber cómo, Rosa resbaló y cayó por las escaleras. Quedó sin sentido y Ángel, al verla, fue corriendo a ayudarla. La niña no se movía y tenía los ojitos cerrados. Su hermano no sabía que hacer y gritaba: "¡No te mueras, por favor, no te mueras!". Fue entonces cuando se dio cuenta de lo que la quería y se acordó de lo que decía su madre: "Con este besito estás protegida contra todo el mal". Ángel le dio un beso poniendo todo su cariño y su amor hacia su hermana.
En ese momento Rosa abrió los ojos y le sonrió.
Sólo había sido un susto y a Rosa se le formó un gran chichón en la frente, pero Ángel había aprendido a querer a su hermana, a compartir con ella el cariño de sus padres.
Desde entonces, Ángel se ha convertido en su ángel guardián, protegiéndola y queriendola en todo momento.